Creo que a estas alturas de la pelicula esta claro que para mi la caza es algo, mucho mas que abatir un animal valiendose de una escopeta.
La caza ha formado parte de mi vida desde el principio, naci cazador, hijo de cazador, crecí escuchando historias de caza y esperando que como siempre a primeros de cada mes mi padre viniera con el nuevo ejemplar de la revista trofeo.
Mi infancia es mucho mas, pero sobre todo son recuerdos, de caza, de pueblos de castilla, de carreteras empinadas y montañas nevadas, de perros, de vastas llanuras, de noches en vela y nervios, de carreteras oscuras que a veces una liebre cruzaba, de pensiones, de cansancio de lunes, de martes que añoraban domingos y de viernes que al dia siguiente se convertian en sabados.
Recuerdo, como si fuera hoy a la vieja "Paca", a "Pipo" el del "chato", a nuestro "Pipo", al "Ron", a la "Luna", las perdices de Villamanín, las liebres de Villacalabuey y las "zigoreyas" de arguero.
Pero si hay una cosa que recuerdo bien son las aperturas de La Cueza. Y es que el otro dia, mientras conducia camino de mi rencuentro con el tiempo, pensaba,"hace tiempo, son ya muchos años, 18 mas o menos" los que hace que invariablemente este coto y sobre todo la apertura sea el rencuentro con todo lo que soy.
Como entonces, como si el tiempo se hubiera detenido el reencuentro en la Cueza es el rencuentro con el pasado.
El tio Pepe, a sus envidiables 82, tan bien llevados, mi padre, mi hermano y yo recorremos las mismas zanjas, los mismos barbechos, paramos a tomar aire o a escuchar el murmullo del viento junto al mismo viejo chopo, contamos las mismas historias y hacemos, como siempre lo que siempre hemos hecho,
Este año como ya hace unos cuantos nos acompañaba Avelino, y como hace solo 3, Juan y Luis.
En total 7 escopetas que no tardarián mucho en observar que este año no era el año pasado. Lo cierto es que el año pasado fue un año de los que cuesta trabajo recordar, perdices en abundancia, y un cierre de campaña temprano y autoimpuesto para preservar las bastantes perdices que todavia quedaban por el campo.
Pues bien, este año no fue el pasado, y no se si un exceso de agua, de tormentas, o el maldito veneno que la junta utilizo para reducir la plaga de topillos hizo a las perdices brillar por su ausencia.
Pues bien, con un caluroso dia mas propio de la media veda que de la general y una ausencia notable de perdices y casi total de liebres, el dia resulto pobre en lances y capturas, y hubo quien se marcho bolo para su casa.
El resultado de nuestra cuadrilla fue de 7 perdices para 7 cazadores, y un par de bolos.
Pepe a sus 82 años demostro que todavia las baja.
A media mañana bocadillo de tortilla de Tere y otra vez al campo, y al final foto de grupo para el recuerdo.
Un año mas, y ya van muchos, ha empezado lo bueno.
ilusión y aficion intactas.
En la foto alguna de las perdices del dia y mi podometro, 21 km
y 310m para ser el segundo dia, una jornada corta y con un calor
sofocante no estuvo mal del todo.